Las verduras de primavera se caracterizan por su delicadeza, pero también por su fragilidad.
Temporada de espárragos blancos
Muchas de ellos no toleran bien el almacenamiento y pierden la mayoría de sus cualidades gustativas cuando se cultivan fuera de temporada. Los espárragos blancos son un ejemplo perfecto y, además, hay que tener en cuenta que su periodo de cosecha es bastante corto. Sin embargo, esto no impide que se podamos consumirlos durante buena parte del año si sabemos cómo conservarlos.
Temporada y propiedades nutricionales del espárrago blanco
La temporada del espárrago blanco se extiende desde mediados de marzo hasta junio. Es en esas fechas cuando los espárragos están en su mejor momento y son más sabrosos y frescos.
En cuanto a sus propiedades nutricionales, los espárragos blancos son una fuente rica de nutrientes y vitaminas. Son bajos en calorías, con solo 20 calorías por cada 100 gramos, lo que los convierte en una excelente opción para incluir en una dieta saludable. También contienen fibra, lo que los hace una buena opción para mejorar la digestión. Además, son una excelente fuente de vitamina C, que ayuda al sistema inmunológico a funcionar correctamente y son ricos en ácido fólico, es esencial para el desarrollo de las células y especialmente importante para las mujeres embarazadas.
¿Cómo conserva los espárragos blancos para poder consumirlos el resto del año?
Si queremos disfrutar de espárragos blancos durante el resto del año, fuera de temporada, lo mejor es recurrir al método que usaban nuestras abuelas: conservarlos en frascos herméticos con salmuera casera.
Para asegurar una conservación óptima, se recomienda esterilizar los botes sumergiéndolos unos instantes en agua hirviendo antes de utilizarlos. A continuación, pelamos los espárragos y los colocamos verticalmente en el frasco.
Luego deslizamos unas cuantas hojas de laurel y ramitas de tomillo en los huecos, además de un diente de ajo entero grande, sal y un poco de pimienta. Para la salmuera, usamos una receta clásica llamada “1, 2, 3”, es decir, una parte de azúcar, dos partes de agua y tres partes de vinagre. La acidez de esta mezcla preservará las verduras. Calentaremos la mezcla en una cacerola y la verteremos sobre los espárragos. Por último, cerramos los frascos y los ponemos boca abajo para que hagan el vacío. De este modo podremos disfrutar de los espárragos durante el resto del año.
El espárrago blanco en la cocina
La manera más sencilla de preparar los espárragos blancos es cocidos, acompañados de alguna salsa, especialmente mayonesa casera elaborada con aceite de oliva, salsa holandesa, vinagreta o, por qué no, alguna con sabores más intensos, como la romesco.
Para utilizar el espárrago, debemos acordarnos siempre de limpiarlos bien y, con ayuda de una puntilla o de un pelador, retirar las capas más superficiales. También cortaremos la parte final del tallo, más dura, aunque podemos utilizarla para elaborar caldo. Después, solo tendremos que poner los espárragos en abundante agua hirviendo durante 25-30 minutos, o algo más, dependiendo del grosor. Recordad que los tallos tardarán más en cocerse que las yemas por lo que, o bien los podemos meter de pie, con éstas por fuera, o bien cortarlas y añadirlas más tarde.
Una vez cocidos, podemos dar un toque especial pasándolos unos minutos por una parrilla con un chorro de aceite de oliva.
También podemos elaborarlos al horno y como acompañamiento de huevos, embutidos, etc. Y para los amantes de los platos fríos, proponemos la ensalada de espárragos, una receta ideal para los meses de verano que se nos vienen. Os dejamos el paso a paso en el siguiente vídeo: