En los lineales de supermercados, mercados y otros establecimientos comerciales encontramos una gran variedad de aceites de oliva embotellados en envases de diferentes materiales. ¿Cuáles son esos tipos de envases y cuáles son las propiedades de cada uno de ellos?
Antes de entrar a hablar de los materiales, cabe señalar que, sea cual sea el elegido, la legislación exige que los envases utilizados para contener aceite de oliva sean aptos para el consumo humano, que protejan su contenido sin alterar su composición ni afectar negativamente a sus características, y que protejan a los aceites que contienen de cualquier práctica fraudulenta destinada a sustituir o reemplazar el contenido del envase por uno distinto y de inferior calidad.
Dicho esto, os hablamos de los materiales más utilizados a la hora de envasar aceite de oliva.
Plástico
El plástico (fundamentalmente, PET) es uno de los materiales más extendidos en el envasado de aceite de oliva por sus múltiples propiedades. En primer lugar, se trata de un material muy ligero, que permite reducir el peso del envase y que sea fácilmente transportable, ya que, además, es irrompible. La fabricación de envases plásticos tiene un menor coste que la de otros materiales, por lo que repercute en el precio más bajo del producto final.
A todo ello hay que añadir que también es reciclable y, lo que es más importante, existe un sistema de recogida de plástico y reciclado altamente eficiente.
Los envases plásticos transparentes nos permiten ver el color del aceite que contienen, aunque, como hemos dicho en otras ocasiones, la luz es uno de los enemigos del aceite de oliva, por lo que, si optamos por este tipo de envases, tendremos que guardarlos en un lugar oscuro. También podemos optar por envases plásticos de colores más oscuros, muy extendidos en la industria, que preservan bien el aceite de oliva cuando lo tenemos en la encimera de la cocina en lugar de en un armario.
Vidrio
Otro de los materiales más extendidos es el vidrio. Su principal ventaja reside en la enorme variedad de formatos que permite, tanto en forma como en apariencia (transparentes, translúcidos, opacos). Además, cuentan con cierres herméticos que preservan muy bien la calidad del aceite de oliva y, a muchos de ellos, se les pueden añadir dosificadores especiales para distintos usos.
Los aceites de oliva envasados en vidrio son percibidos por el consumidor como de mayor calidad y, de hecho, es el material elegido por muchos fabricantes para sus productos gourmet o de alta gama, entre otros motivos, por esa variedad de formatos, incluso personalizados, de la que hablábamos.
Al igual que ocurre con el plástico, el vidrio utilizado para envasar aceite de oliva es reciclable.
Metal
El último material más empleado en el envasado de aceite de oliva es el metal, ya sea aluminio u hojalata. Se trata de un material muy ligero y compacto que, además, cuenta con la ventaja de proteger el aceite de la luz y del oxígeno, por ser opaco.
Permite elaborar diferentes tamaños (desde pequeño a gran formato) y toda su superficie es personalizable, lo que resulta muy atractivo para algunas marcas. Y como el resto de materiales mencionados, es reciclable.
De manera mucho menos frecuente, podemos encontrar otro tipo de envases, como tetra-briks o “bag-in-box”, pero apenas están extendidos en nuestro país.