¿Alguna vez te has preguntado cómo se desarrollan las aceitunas que luego se convierten en ese aceite de oliva virgen extra que tanto disfrutas? Este ciclo de vida es lo que se conoce fenología del olivo. Por eso, en este post, te invitamos a conocer las diferentes etapas por las que pasa este árbol milenario a lo largo del año. ¿Te apuntas al viaje?
¿Qué es fenología de un árbol?
La fenología es la ciencia que estudia las fases de desarrollo de los organismos vivos, en este caso, de los árboles. En concreto, consiste en “el seguimiento de los distintos estados o etapas que transcurren a lo largo de su ciclo durante el año mediante la observación de sus elementos externos como son yemas, flores y frutos, lo cual siempre guarda relación con las condiciones atmosféricas que se suceden”, según es definida por D. Marcos en el trabajo El ciclo anual del olivo. Por tanto, en el contexto olivarero, la fenología del olivo se refiere a los cambios periódicos que sufre esta especie a lo largo de los doce meses, influenciados por factores climáticos y ambientales.
Estas fases son cruciales para los agricultores, ya que determinan el momento adecuado para realizar tareas agrícolas específicas, como la poda, el riego o la recolección. Y también resultan interesantes para el consumidor. Ten en cuenta que conociendo la fenología del olivo serás capaz de apreciar más el aceite de oliva y distinguir cuándo estás ante un buen producto.
¿Cuáles son los estados fenológicos del olivo?
Así, si caminas por el campo andaluz con asiduidad, habrás percibido cómo los olivos mutan su aspecto semana a semana. De hecho, el olivo pasa por varias fases fenológicas, cada una con características y tiempos específicos. ¿Cuáles son?
Brotación
La brotación es la primera fase del ciclo fenológico del olivo, una vez que el árbol despierta de su letargo invernal. Ocurre a principios de la primavera, cuando los termómetros comienzan a subir. Durante esta etapa, los brotes del olivo empiezan a desarrollarse y se forman las primeras yemas, hojas y ramas nuevas. Este crecimiento inicial es vital para la fotosíntesis y el desarrollo futuro del árbol, incluso determinando las campañas futuras.
Floración
La floración suele ocurrir entre abril y mayo, dependiendo de la región y las condiciones climáticas. En cualquier caso, es una de las fases más importantes y delicadas de la fenología del olivo, pues de la mayor o menor cantidad y calidad de flores dependerá el éxito de la cosecha. Esto se debe a que estas flores, tras ser polinizadas, se convertirán en frutos. Por cierto, ¿sabías que el polen del olivo puede viajar cientos de kilómetros? Es una de las muchas curiosidades de este majestuoso árbol.
Formación del fruto
Tras la floración, comienza la formación del fruto a partir de las flores que hayan sido fecundadas, lo que suele ocurrir sólo en el 1% o 2% de los casos. Este período en la fenología del olivo también es crítico, ya que las pequeñas aceitunas empiezan a desarrollarse. Eso sí, no todas; el propio árbol se deshace de parte de las aceitunas y conserva sólo las que puede alimentar. De ahí que en esta fase sea fundamental un buen manejo del riego y la nutrición del olivo para asegurar un crecimiento saludable del fruto.
Cuajado del fruto
El cuajado del fruto es la etapa donde las aceitunas empiezan a consolidarse y aumentar de tamaño. Este proceso suele ocurrir a finales de la primavera y principios del verano. De ahí que en esta fase sea fundamental un buen manejo del riego y la nutrición del olivo para asegurar un crecimiento saludable del fruto y evitar la caída prematura de las drupas.
Envero
El envero es quizá el punto más llamativo a nivel visual de la fenología del olivo. Y es que durante esta etapa las aceitunas cambian de color, pasando del verde al morado y finalmente al negro. Este proceso, que suele suceder a finales del verano y principios del otoño, indica que las aceitunas están alcanzando su madurez. Asimismo, a nivel interno, el contenido de aceite en el fruto aumenta (lipogénesis), y es crucial para determinar el momento óptimo de recolección. Por ejemplo, si queremos un aceite verde o de cosecha temprana, habrá que recoger los frutos al principio de esta fase, mientras que si buscamos un aceite con mayor rendimiento debemos esperar hasta más tiempo.
Maduración
La maduración marca el final del ciclo fenológico del olivo. En esta fase, las aceitunas alcanzan su máximo desarrollo y están listas para ser cosechadas. No obstante, fecha exacta puede variar dependiendo de la variedad del olivo y las condiciones climáticas, aunque suele coincidir con el final del otoño. Ahora bien, no por dejar más tiempo la aceituna en el árbol, vamos a conseguir más o mejor aceite; culminado el proceso, lo único que puede ocurrir es que el fruto se oxide y pierda propiedades. Por eso, una cosecha en el momento adecuado es vital para obtener un aceite de oliva virgen extra de alta calidad.
Como ves, cada ciclo de la fenología del olivo impacta directamente en la calidad y el sabor del aceite, haciendo que cada botella sea un reflejo del cuidado y la dedicación invertidos en su producción. Ahora que sabes más sobre este fascinante proceso, podrás apreciar con conocimiento de causa el próximo chorrito de aceite de oliva que agregues a tus platos favoritos. Por supuesto, de la gama Coosur, donde fusionamos tradición, innovación y el legado olivarero de una cultura que produce el zumo de aceituna más exquisito del mundo.