La poda, práctica fundamental en el cultivo del olivo.
La poda es una práctica fundamental en el cultivo del olivo. Tiene como objetivo formar el árbol, garantizar la producción y ayudar a incrementar su rendimiento, además de lograr una aceituna de mayor calidad durante la cosecha. Vamos a conocer mejor esta práctica, cuándo se lleva a cabo y qué tipos de poda existen.
¿Cuándo se realiza la poda?
La poda del olivo se realiza anual o bianualmente, dependiendo de diferentes factores. Se lleva a cabo entre el final de una campaña y el inicio de la siguiente, lo que quiere decir que, en zonas donde la climatología es suave y el riesgo de sufrir heladas es muy bajo, la poda se puede realizar entre los meses de noviembre y diciembre, mientras, qué en zonas con climas más fríos, donde la recolección del fruto se retrasa hasta después de Navidad, la poda se realiza entre los meses de febrero y abril.
¿Qué tipos de poda existen?
Existen varios tipos de poda en función de la edad de los árboles y del objetivo perseguido con esta práctica.
La primera de todas es la poda de formación, que se lleva a cabo cuando los árboles son jóvenes. El objetivo de este tipo de poda es dar forma al árbol, con el fin de que, en el futuro, esté bien equilibrado y favorezca la producción. Se busca formar un tronco firme, para lo cual se eliminan las ramas para reforzar la línea central del árbol. Durante este periodo, las intervenciones de poda deben ser las mínimas imprescindibles, con el fin de alargar el periodo productivo del árbol e incrementar la cuantía de las primeras cosechas.
El segundo tipo de poda es la poda de producción, que se realiza en el olivo adulto. Este tipo de poda busca aumentar la cantidad de radiación solar captada por la copa, con el fin de mejorar la cantidad y la calidad de la cosecha. ¿En qué consiste este tipo de poda? Pues en realizar un aclareo y limpieza de las ramas, con el fin de facilitar la entrada de luz para beneficiar al fruto. Además, se cortan también las ramas poco productivas para que salgan otras nuevas. Con todo ello, como decíamos, se mejora el rendimiento del árbol, además de asegurar un fruto de mayor calidad.
El tercer tipo es la poda de renovación, regeneración o rejuvenecimiento. Se lleva a cabo porque, a medida que el olivo va envejeciendo, se pierde un poco el equilibrio entre hoja y madera, lo que provoca un descenso de la cosecha y un empeoramiento de la calidad de la aceituna. Es una poda que se va haciendo paulatinamente, conforme las ramas empiezan a mostrar signos de envejecimiento.
Por último, existe un tipo de poda denominada poda en verde, que consiste en la eliminación de las ramas que brotan de manera natural en el olivo, ya sea en la peana, en el tronco o en las ramas principales, que no son deseables para la producción y que han de eliminarse antes de que pasen a ser vigorosos y desvitalicen el árbol.