Cuando hace mucho calor, nuestro cuerpo pierde más agua de lo habitual, por lo que la sensación de deshidratación nos hace perder el apetito. Sin embargo, debemos saber que, incluso bebiendo bastante agua, también podemos ayudar a nuestro cuerpo a mantenerse hidratado con los alimentos que comemos. La solución es optar por recetas más ligeras y refrescantes, pero sin renunciar al sabor. El aceite de oliva es un excelente ingrediente para lograr platos sabrosos y que apetezca comer con el calor. Estas son nuestras propuestas.
Es posible que, cuando las temperaturas son muy elevadas, nos apetezca menos meternos en la cocina y estemos tentados a echar mano de “comida basura”. Sin embargo, no es la mejor idea. Este tipo de alimentos, altos en grasas y azúcares obligan al cuerpo a realizar un mayor esfuerzo para digerir, lo que hace que suba la temperatura corporal y, adivinad… ¡tendremos más calor!
Optar por recetas elaboradas con vegetales y frutas ricas en agua, como el pepino, el tomate, el melón o el calabacín, alimentos con alto contenido en vitamina C, sopas frías, ensaladas variadas, yogures y quesos frescos son la mejor opción.
Sopas frías
Tenemos asociado el concepto “sopa” con el invierno y las bajas temperaturas, pero hay que recordar que existen muchas recetas de sopas frías que, además, podemos preparar con antelación y tener guardadas en el frigorífico para esos momentos en que nuestro cuerpo nos pide hidratación.
La más clásica y conocida es el gazpacho andaluz, del que podemos encontrar versiones, como este Gazpacho de aguacate y manzana, el de Pepino o Tzatziki griego o una sabrosa alternativa con Fresas y parmesano.
Las sopas de frutas también son muy socorridas en esta época estival. Os recomendamos la de Melón con jamón cocido y uvas o la refrescante Sopa de sandía. Si preferimos las sopas de vegetales ligeras, nuestra elección puede ser un delicioso Ajoblanco o una Sopa verde con crema de nata y yogur.
Ensaladas de todo tipo
Las ensaladas son otras de las grandes aliadas contra el calor. La mayoría de ellas se pueden elaborar sin necesidad de cocinar los alimentos, o con preparaciones sencillas. Son refrescantes, ligeras y aportan los nutrientes y vitaminas que el organismo necesita en momentos de calor intenso.
Podemos optar por recetas completas, que aporten proteínas e hidratos en un solo plato, como esta Ensalada de calabacín, garbanzos y salmón, esta otra de Rúcula y pollo, la de Mango, aguacate y pollo, o la de Arroz con atún y verduras. Podemos optar por rectas más internacionales, como el Taboulé con piñones, la Ensalada de maíz dulce Thai o una Ensalada griega vegana. Y no podemos olvidar los clásicos, como la Ensalada de verano, la Ensalada campera o la César.
Otros platos ligeros y refrescantes
Más allá de sopas frías y ensaladas, podemos optar por otros platos ligeros y refrescantes, con mayor o menor elaboración. Los tartares de pescado son una excelente elección, como es el caso de este Tartar de salmón con cebolla roja.
Las hortalizas y verduras también ofrecen mucho juego a la hora de preparar recetas apetecibles con el calor y este Tumbet mallorquín es un buen ejemplo, o este Esgarrat o Esgarraet tan típico de la Comunidad Valenciana. Y si buscamos algo más exótico, ¿por qué no elegir un Cuscús vegetariano al curry?
Como veis, las opciones son muchas y variadas, todas ellas elaboradas con un buen aceite de oliva. ¡Que el calor no os impida comer bien este verano!