Nuestros hábitos del pasado moldean nuestro estado actual, como el viento que cincela la roca tras siglos de erosión. Por ejemplo, quizá te estén apareciendo hoy pecas o manchas, a pesar de no tomar el sol y protegerte férreamente, debido a que proceden de una exposición solar excesiva décadas atrás. Al olivar le ocurre algo similar: es capaz de recordar las temporadas anteriores. Es lo que se conoce como la memoria del olivo, pero ¿sabes en qué consiste exactamente y cómo te afecta?
¿Qué es la memoria del olivo?
La memoria del olivo es un fenómeno agronómico. Se refiere a la capacidad de estos árboles para recordar las condiciones ambientales y los eventos climáticos a los que han estado expuestos a lo largo de sus vidas. Además, este recuerdo se manifiesta en el crecimiento, la salud y la productividad de los ejemplares a lo largo del tiempo.
¿El motivo de almacenar esta información? Ten en cuenta que, durante siglos, los olivos han tenido que evolucionar para resistir todo tipo de condiciones adversas, como sequías prolongadas o cambios bruscos de temperatura. Por eso, han desarrollado una curiosa habilidad para responder a su entorno: memorizar su propia historia. ¿No dicen que para avanzar hay que conocer el pasado, para no repetir los mismos errores? Eso precisamente logra la memoria del olivo, una retrospectiva a largo plazo. Así el árbol utiliza los recursos, como agua y nutrientes, y acomoda la producción de aceitunas en función de su trayectoria anterior.
¿Cómo afecta la memoria del olivo a las cosechas?
Como consecuencia, la memoria del olivo juega un papel crucial en la producción de aceitunas y, por ende, de aceite de oliva. Al acordarse de las condiciones ambientales anteriores, los olivos pueden ajustar su metabolismo y su desarrollo para optimizar la producción de frutos. Por ejemplo, si un olivar experimenta una temporada de lluvias abundantes, pero ha estado precedida de varios años de sequía, la cosecha siguiente seguirá siendo bastante comedida, pues el árbol sabe el estrés hídrico al que se ha visto sometido anteriormente. Algo así como “guardar para las vacas flacas”.
En este sentido, es probable que reduzca la producción de hojas y flores para conservar energía y recursos, priorizando la formación adecuada de aceitunas, aunque sea en menor cantidad. De ahí que, pese a las precipitaciones registradas en 2024, los agricultores no se muestren demasiado optimistas sobre la campaña 2024/2025. Un pronóstico que tampoco contribuye a bajar el precio del aceite de oliva.
No obstante, la memoria del olivo también puede influir en la propia calidad del aceite de oliva. Los olivos que han sido sometidos a condiciones estresantes tienden a producir aceites con perfiles sensoriales más complejos y concentrados. La razón es que la planta focaliza sus esfuerzos en la síntesis de compuestos antioxidantes y polifenoles para protegerse del estrés ambiental, aportando unas propiedades organolépticas mayores. Algo parecido a lo que ocurre con las personas con vidas difíciles, que suelen desarrollar personalidades muy marcadas.
Por eso, cuando vuelvas a degustar un aceite de oliva, trata de apreciar la historia que hay detrás de cada gota. No ya la tradición olivarera del productor -en Coosur llevamos desde 1950 en tu mesa-, sino por la propia memoria del olivo. ¿Te atreves a hacer este viaje? Prueba con nuestro AOVE Gran Selección, organolépticamente perfecto.