El pescado es un alimento muy saludable y nutritivo, que nos aporta proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos, omega-3, vitaminas y minerales. Una de las formas más sabrosas y sencillas de prepararlo, sobre todo en la época estival, es a la barbacoa, donde adquiere un aroma y un sabor ahumado buenísimo. Sin embargo, cocinar pescado a la barbacoa tiene sus trucos, ya que se trata de una carne delicada que se puede secar o pegar fácilmente a la parrilla. Para evitarlo, te damos algunos consejos y te contamos por qué el aceite de oliva puede convertirse en un buen aliado para conseguir unos pescados a la barbacoa perfectos.
¿Qué pescados elegir para la barbacoa?
No todos los pescados son adecuados para cocinarlos a la barbacoa, ya que algunos tienen una carne más firme y jugosa que otros. En general, se recomienda elegir pescados azules o semigrasos, que tienen más grasa y se mantienen más húmedos al asarse. Algunos ejemplos son el bonito, el atún, el besugo, el chicharro, la caballa, el salmón, la dorada, la lubina o el rodaballo. También se pueden cocinar mariscos como las cigalas o las gambas.
Los pescados blancos, como la merluza o el bacalao, son más secos y tienden a desmenuzarse con el calor. Por eso, es mejor evitarlos o cocinarlos con cuidado y en trozos grandes o enteros. Otra opción es usar una plancha o una bandeja metálica sobre la parrilla para evitar que se caigan por las ranuras.
¿Cómo preparar el pescado antes de asarlo?
Antes de poner el pescado en la barbacoa, hay que saber si el pescado está fresco para poder pasar a cocinarlo. A continuación, hay que limpiarlo bien y quitarle las vísceras y las escamas. Aunque hay quien prefiere dejar las escamas para proteger la carne del calor directo, lo cierto es que puede dificultar el salado y el aderezo del pescado. También hay que hacer unos cortes transversales en los costados del pescado para facilitar su cocción y su sazón.
El siguiente paso es salar el pescado con sal gruesa por dentro y por fuera. La sal ayuda a conservar la humedad y a realzar el sabor del pescado. Se puede añadir también otras especias o hierbas aromáticas al gusto, como pimienta, ajo, perejil, tomillo o eneldo.
Usar aceite de oliva, el truco definitivo para un pescado delicioso a la barbacoa
El aceite de oliva es un ingrediente clave para cocinar el pescado a la barbacoa, ya que le aporta grasa, sabor y aroma. El resultado final será un pescado delicioso y con un sabor increíble. El aceite de oliva se puede usar de varias formas:
- Para untar el pescado antes de ponerlo en la parrilla. Esto ayuda a evitar que se pegue y le da un toque dorado y crujiente.
- Para hacer una marinada o una salsa con la que bañar el pescado durante su asado, que aporta más jugosidad y sabor. Se puede mezclar aceite de oliva con zumo de limón, vinagre, vino blanco o salsa de soja y añadir especias o hierbas al gusto.
- Para hacer un aliño con el que rociar el pescado una vez asado, que le da un toque final de sabor y aroma especiales. Se pueden dorar unos ajos en una sartén con aceite de oliva y añadir un chorreón de vinagre o de limón o quizá mezclar aceite de oliva con perejil picado y zumo de limón.
¿Cómo cocinar el pescado en la barbacoa?
El último paso es cocinar el pescado en la barbacoa, para lo que hay que tener en cuenta el tipo y el tamaño del pescado, la temperatura y el tiempo de cocción.
El pescado se debe poner en la parrilla cuando las brasas estén al rojo vivo y cubiertas por una capa de ceniza. La parrilla se debe colocar a unos 15 o 20 centímetros de las brasas para que el calor no sea demasiado fuerte. Es conveniente cocinarlo primero por el lado de la piel, que es más resistente, y luego darle la vuelta con cuidado para que no se rompa. Se puede usar una espátula o unas pinzas para manipularlo. El tiempo de cocción depende del grosor del pescado, pero suele ser de unos 5 o 10 minutos por cada lado.
Cuando esté hecho por dentro, pero aún jugoso lo retiraremos de la barbacoa y comprobaremos que la carne se separa de la espina. Si es así, estará listo para comer.
¡Buen provecho!